¿Será que un pincel y un poco de pintura me ayuden a sentirme mejor en ciertos momentos?, ¿será que puedo expresar el anhelo de paz que siento en este momento?, ¿Habrá alguna fuerza superior omnipresente que me impulso a cambiar mi persona? Estas y posiblemente muchas más, son preguntas que podrían formularse diferentes personas, con diferentes gustos, diferentes formas de pensar y de vivir, algunos de ellos encontraron sus respuestas, otros por el momento se siguen preguntando ¿que pasaría si...?
Y es que el aprendizaje artístico no contempla solo aspectos técnicos, es necesario aclarar nuestros sentimientos y darles su lugar, encontrar ese espíritu que mas de alguna vez, si no es que todo el tiempo, en nuestra niñez o juventud nos llevó al optimismo, y reconocer que cuando para muchas personas existe algo más grande que ellos, y estos se aferran a esa idea o concepto a través de la fe, la esperanza o los anhelos, entonces ¿por qué no podría inspirarme en ello?
A lo largo de este año y seis meses, el Artista Guadalupe Urquilla, ha pasado por un proceso de aprendizaje en el cual ha logrado afinar estos detalles, sobre cómo encontrar nuevas formas de expresión y aplicarlas a su estilo estético. Desde las primeras clases, demostró tener un dominio técnico en la Pintura digno de reconocer, y durante el desarrollo de los talleres sabatinos, impartidos en el Museo de Arte de El Salvador, MARTE, a través de su constancia, aplicación e inquietud por el saber, encontró varias respuestas a sus preguntas internas, las cuales ha logrado aplicar en la Pintura y como resultado nos brinda su primera exposición pictórica: “Pintando mi Interior”
Con mucha alegría recibí esta nueva experiencia vivida en el (para mi) remoto pueblo de Tepecoyo, como para Guadalupe es San Salvador y el Museo. Espero permanecer por mucho tiempo mas como docente de adolescentes y adultos que disfrutan conocer y expresar lo que de otra manera seria muy engorroso, pero que en la plástica, estos sentimientos encuentran su horma.
